16 de marzo de 2011

Opinión001

Ranking mundial de Universidades

Una de cal y otra de arena

 

Dos artículos fueron publicados el sábado 13 de marzo en el diario La Nación sobre la Universidad. El primero titula: Las universidades de la región, ausentes en un ranking mundial. En éste La Nación dice que: La Universidad de Harvard, de los Estados Unidos, encabeza el ranking de las mejores 200 casas de altos estudios del mundo, informe dado a conocer por el diario británico The Times, en el mismo no figura ninguna Universidad de América latina. El relevamiento, en cuyos diez primeros lugares figuran siete universidades norteamericanas y tres británicas, fue realizado en 2010 por la firma Ipsos Media para el diario británico, a partir de una encuesta entre 13.388 académicos de 131 países.

En la evaluación que se realiza desde hace una década, se tomaron en cuenta varios indicadores de desempeño, entre ellos la calidad de la enseñanza, la cantidad de citas que tienen los trabajos de investigación de cada entidad, innovación, cantidad de investigaciones, número de estudiantes por profesor, cantidad de estudiantes con doctorado y la mixtura internacional entre estudiantes y profesores. Basta comparar estos parámetros con la realidad que nos toca vivir diariamente, para que el más ignorante de los profesores comprenda que en esta competencia nunca estuvimos ni siquiera inscriptos. A pesar de la propaganda repetida por prácticamente todas las autoridades que han gobernado la UNSJ estos últimos treinta años, incluido los decanos.

Sin embargo, este mismo informe nos dice que “Brasil podría lograr 'algunos éxitos de envergadura' en un futuro próximo.”

En cuanto a las dificultades, se señalan: "estructuras burocráticas y a veces politizadas" y plantillas de profesores a tiempo parcial, "que casi nunca pueden ser la base de una universidad que investiga". Añade que las universidades públicas latinoamericanas "están subfinanciadas y la mayoría, impedidas de establecer aranceles para los estudiantes".

El informe también admite que “Las dos universidades más importantes del estado de San Pablo (Universidad Campinas y la Universidad de San Pablo) son estatales; cuentan con profesores a tiempo completo, que tienen doctorados; poseen, además, investigaciones importantes en curso y fondos adecuados provistos por el estado. De hecho, ambas estuvieron muy cerca de ser incluidas en el ranking de las 200 mejores instituciones universitarias”

Este primer artículo se relaciona con otro titulado: "América latina no produce conocimiento", donde de algún modo, la directora de la Maestría en Educación de la Universidad de San Andrés e investigadora del Conicet, Silvina Gvirtz, afirma que "es verdad que América latina no está produciendo conocimiento". Justificando tal situación en que "Nosotros no tenemos profesores full time, entonces muchos se dedican a la enseñanza y pocos a la investigación.” Y que esto “Se debe al vaciamiento sistemático de las universidades producido en la dictadura militar…” Es curioso que, nuestra eminente defensora de la Universidad Pública olvide que han pasado casi treinta años desde entonces, y que el estado actual de la universidad argentina tiene además otros responsables que podrían haber revertido en gran parte esta realidad con tan generoso lapso de tiempo.

Lo que tampoco no dice S. Gvirtz, es que esta política no ha sufrido ninguna modificación, todo lo contrario se ha profundizado desde el primer gobierno de Alfonsín, tuvo un gran impulso en el Gobierno de Menem y se continuó hasta el presente con los turnos kircheristas.

También la supuesta voluntad política de democratizar la universidad a través del ingreso masivo, es una verdad a medias, porque el ingreso masivo a las universidades no ha sido la voluntad política de ninguno de los gobiernos llamados democráticos, sino producto de la lucha de estudiantes y profesores. Porque al mismo tiempo estas “universidades populares”, no pudieron aplicar una política generalizada de selección y pago de matriculas a los alumnos –como lo intentaron repetidas veces-, como estrategia alternativa sistemáticamente provocaron su desfinanciamiento, “logrando” que más del 90% del presupuesto sea destinado a salarios, y la fragmentación institucional. Producto de este innovador “método”, han logrado que facultades, institutos y carreras se hayan subordinado exclusivamente a las necesidades de los grandes monopolios, funcionado de hecho como entes autónomos. En San Juan tenemos un claro ejemplo en la actividad de algunos institutos de la Facultad de Ingeniería y de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales respecto a la gran minería contaminante de la Barrick Gold.

No por casualidad, estos institutos y carreras sí se aproximan a los parámetros internacionales: cargos exclusivos, presupuestos suficientes, sobre-sueldos a sus docentes e investigadores, fluidos intercambios internacionales, formación doctoral para casi todos, etc. Pero en conjunto, contrariamente a lo que afirma S. Gvirtz, las necesidades de nuestro pueblo, de la pequeña y mediana industria que abastece el mercado interno, la educación, la salud y la vivienda popular siguen absolutamente sin asistencia por parte de las universidades.

La Universidad en Brasil

El caso de las universidades brasileras merece una atención especial, al tratarse de instituciones-herramientas de un plan estratégico por convertir a Brasil en el país dominante de América Latina y en una de las potencias capaz de terciar en la disputa económica de un mundo en el que declinan las tradicionales potencias hegemónicas; en los últimos cuarenta años, se han sucedido en el Brasil, gobiernos que han potenciado decididamente la investigación y el desarrollo de una industria, cultura, un país independiente.

Después de J. D. Perón, y de la Dictadura de 1976 que barrió con los últimos resabios de un proyecto nacional, nada de eso ha existido en los planes de ningún gobierno del periodo democrático. Por el contrario, Argentina ha aceptado sumisamente el papel de proveedor de materias primas: cereales, minerales, turismo, etc. Por otro lado, la industria, orientada fundamentalmente a la exportación se nutre, como en el caso de la “ejemplar” industria automovilística con un 85% de partes importadas. Pero, a la vez, ha desmantelado su industria ferroviaria, aeronáutica, de defensa, etc., en la que sí figurábamos en los primeros puestos del ranking de los pueblos que luchan por su independencia.

Coincido con S. Gvirit en que ellos, “The Times” y los intereses que representa, evalúan lo que les conviene, por lo tanto no podemos aceptar los varemos con que nos evalúan. Pero también es cierto, que lejos están nuestras universidades de servir nuestras propias necesidades nacionales, sobre todo en este periodo en que el gobierno se autotitula “nacional y popular”. Más allá de “no dar la talla en el ranking mundial de universidades”, nuestra materia gris de excelencia, la que se muestra continuamente como el modelo a seguir, ha demostrado una pobreza intelectual alarmante en la elaboración de un plan alternativo de Universidad, sólo se ha ocupado en recoger los dividendos por los servicios prestados al modelo dominante. Urge movilizar a la otra intelectualidad universitaria: la comprometida, para promover un profundo debate contra los proyectos gubernamentales, oponiendo el diseño y elaboración de un nuevo país, una nueva provincia y una nueva Universidad que sirva a nuestros propósitos, donde los bienes de la cultura y de la ciencia se derramen sobre los sectores más necesitados y que permita el florecimiento de una nación y un pueblo armónicamente desarrollados.

El periodo que se inicia en 2011, nos conduce a las elecciones nacionales de octubre y cerrará con las elecciones generales de junio de 2012 en la UNSJ. Es una buena oportunidad para apostar por un cambio. Cuando el mundo diseñado por treinta años de neoliberalismo se cae en pedazos evidenciando su fracaso, no pueden ser las mismas recetas –las The Times y La Nación- las que nos saque del abismo de la pobreza y la sumisión material y espiritual. Alguna vez ocurre que hasta los que parecen más sumisos, como los pueblos árabes, dicen basta y a otra cosa mariposa.

Pero no nos cortemos las venas todavía, pensemos que pocos –casi ninguno- de los intelectuales del top ten de la universidades previeron la crisis mundial y que el mundo, por ellos pensado, por este camino caminaba hacia su fin. Los pensadores democráticos del Tercer Mundo ha hecho un aporte importante en ese sentido, aporte silenciado por la revistas con referato internacional durante años. No es tampoco un aporte de las Universidades de segunda, pero es un punto de partida a nuestro favor si lo hacemos nuestro.

Por Héctor A. Mugas

La escandalosa solicitada del Decano de la F.C.E.F.y N, Rodolfo Bloch

Una verdadera conmoción a la inteligencia, ha provocado la solicitada de Rodolfo Bloch y no porque salude la llegada a San Juan de la Sra. Presidenta Cristina Fernández de K. (cada uno tiene su corazoncito) sino por la poca altura política demostrada por una autoridad universitaria, cayendo en el oportunismo más vil y, sobre todo, en la más cruda mentira.

El Ing. Bloch adjudica a la Presidenta el “estimular la investigación”, “fortalecer el desarrollo de carreras universitarias” becas, etc. A los docentes universitarios nos basta echar un vistazo superficial, el día a día, para comprobar las mentiras de Bloch y sospechar que a él le va bien por ser, en San Juan, un fiel sirviente de las grandes multinacionales mineras a cielo abierto.

Como coronación de este impúdico acto, Bloch repite por enésima vez, la mentira de atribuir a la gestión K, la recomposición de los salarios docentes y de personal de apoyo, el aumento de presupuesto. Como ya lo dijera Raúl Furlán, en su entrevista (PP nº 462), la casi totalidad del aumento presupuestario conseguido desde 2003 es masa salarial; o sea, producto de la lucha de la CONADU-H (y de ADICUS localmente). La última afirmación de Bloch la desmienten los propios números oficiales y sólo se sostiene por la mera repetición de la propaganda y los medios oficiales.

Pero nos queda una pregunta picando ¿qué le lleva a Bloch a rebajarse a la altura del más vulgar chupamedias y mentiroso afirmando cosas que nadie cree?

En el número anterior (P.P. nº 463), el Dr. Héctor Mugas afirmaba que para las fuerzas que se unieron detrás de la Lista Verde, encabezada por Mario Ruffa, esta ha sido una gran derrota. Es decir, si se tiene en cuenta la confluencia del “progresismo” kuchenista y los Decanos pro-mineros, el giogismo, etc., en contra de la Lista Bordó, y salir derrotados, esto obviamente ha sido un desastre electoral. Pero el desastre no ha sido igual para todos, Bloch (detrás de la Lista Verde) ganó claramente en Ciencias Exactas. Es decir, de la propia derrota de la Lista Verde, surge Bloch como el oponente que ha obtenido más votos.

Si tenemos en cuenta el rumor que cuenta que Kuchen empujaría la candidatura de Nelly Filippa, como sucesora a su gestión, el desprestigio público de Landini, Cocca, Nasici y el poco peso político de Arquitectura; la salida de Bloch puede estar motivada en un reacomodamiento interno de kuchenismo y los decanos promineros, para disputar esa pretensión de B. Kuchen. Es claro que el “mensaje” de Bloch no está dirigido a la comunidad universitaria, donde pocos o nadie pueden creer en semejante mentira, sino que está dirigido al Kirchnerismo, a los Gioja y las mineras; para mostrarse como el hombre más fortalecido en la derrota de la Lista Verde y por lo tanto, el posible candidato a Rector en 2012.

Marcelo Pérez